Había una chica que se llamaba Leire que vivía en Zarauz. Era una chica guapísima e inteligente. Tenía el pelo rubio y ondulado. Sus ojos azules y su nariz pequeñita y chata. Sus labios finos, casi ni se veían. Ella tenia un novio que se llamaba Jon. Él también era muy guapo. Tenía el pelo castaño y liso, sus ojos verdes que enamoraban a todo el mundo, su nariz puntiaguda y los labios finos como su novia.
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Anna tiene quince años y vive en Estados Unidos. En apariencia es una chica normal: pasó una infancia muy feliz, siempre acompañada de sus primos, y ahora experimenta los típicos altibajos de la vida adolescente. Sin embargo, su familia aún está curando sus heridas, reponiéndose del gran trauma que supuso para ellos la guerra de Turenia. Al inicio de la guerra, su abuelo, Josef Pekar, huyó con su familia. Cuando aún estaban en Turenia, un hombre le entregó a su hijo para que lo cuidara porque él tenía que quedarse en Turenia para luchar. Ese niño era Stefan Malnik, el padre de Anna. Los Pekar llegaron a Estados Unidos y se asentaron en un barrio junto con otros távaros exiliados. Anna se considera una Pekar más, aunque biológicamente no lo sea. Pero un día Stefan Malnik recibe una carta anónima que le dice que su madre podría ser Aurora K., una távara que, como ellos, emigró a Estados Unidos, y que, por desgracia, murió seis años atrás. La novela comienza cuando Stefan y Anna consiguen permiso para abrir la tumba de Aurora K. y hacer la prueba del ADN. Sin embargo, Anna quiere contar la historia desde el principio, sin adelantarse a los acontecimientos. Durante la primera mitad del libro, el autor relata la guerra de Turenia, un país inventado pero con un conflicto muy inspirado en la realidad. También conoceremos mejor a los Pekar, en especial a Anna y a Danylo, su mejor amigo. Es una parte muy entretenida, que sorprende por el realismo de la guerra y la posguerra. En la segunda mitad, Stefan manda hacer las pruebas de ADN y, mientras tanto, Anna y él realizan algunas averiguaciones. Estamos ante la parte más emocionante de la novela, una trama que el lector no podrá abandonar hasta que no averigüe quién es Aurora K. Pedro Riera se sirve del conflicto ficticio para plantear unas cuestiones muy reales: ¿quiénes son los responsables de la guerra? ¿Qué define nuestra identidad? ¿Quién es nuestra verdadera familia: la biológica o la que nos ve crecer? Para responder a estas preguntas crea una novela muy original, en la que tramas más realistas y cotidianas se entrelazan con el drama de la guerra de Turenia y el conflicto moral que desata una situación así. |
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Escribe algo sobre ti mismo. No hay que ser elegante, sólo haz un resumen.
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